martes, 30 de octubre de 2012

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ANIMALES DOMÉSTICOS

En otro documento de Barrantes y Moreno, llamado “Situación y estrategia para mejorar la conservación del jaguar en la Península de Osa”, podemos leer: “El 95,8% de los eventos de depredación de animales domésticos depredados (N=24) fueron atribuidos por los pobladores a un jaguar, cuando en todos los casos menos en uno, se trató de un puma. Es necesario desarrollar un plan de conservación del jaguar en Osa, debido a que se trata de uno de los sitios nacionales con mayor posibilidad de contribuir a mantener la diversidad genética del jaguar en Mesoamérica”

 

PROGRAMA DE COMPENSACIÓN

 

Para tratar de detener la matanza indiscriminada de jaguares, Aída Bustamante nos comentó que cuentan con un programa de compensación para pagar o reponer los animales depredados por un jaguar, siempre y cuando se demuestre que efectivamente fue uno de estos el que los mató.

 

“Ya se han pagado 35 animales domésticos depredados”, indica.

 

Además señala la situación crítica de la caza, “que está peor que hace cinco años”, pues además hay que contemplar a los oreros, quienes también participan de la caza, pero según ellos por protección, y cazadores que llegan prácticamente de todo lado, incluido el lado panameño.

 

Bustamante subraya que a estas personas lo que “les hace falta son alternativas”, y lo ejemplifica con el hecho de tener constantes reuniones con oreros, cazadores, finqueros y otros, a quienes se les solicita que coloquen una cámara y si se “captura (en foto) un jaguar le pagamos $100”. Lo cual está funcionando bastante bien.

 

EL GOBIERNO Y SUS ACCIONES

 

Para conocer lo que se hace en pro de la protección de la fauna silvestre, conversamos con la encargada del programa de investigación del Área de Conservación Osa, Wendy Barrantes.

 

Ella nos habla de la necesidad que tienen de contar con más personal calificado en las áreas silvestres protegidas. El poco presupuesto con que se cuenta por tanto “el control y la protección en estas áreas se ve disminuido”.

 

También subraya la necesidad de contar, como materia obligatoria en las escuelas, de la Educación Ambiental, “pues con lo que se cuenta no es suficiente. Hay instituciones que lo asumen, pero no lo suficiente como para calar en la sociedad, pues también depende de que el tema le guste al maestro”, sentencia.

 

Para finalizar nos recordó que el Área de Conservación Osa tenía un programa muy importante de Educación Ambiental, pero este “ha disminuido, quedando casi en el olvido, por falta de presupuesto, para cubrir todas las necesidades que requiere”.

 

Además no existe una política de Estado tendiente a acabar con todos los problemas que vive nuestra fauna, pues se cree que con solo declarar un área como protegida, o parque nacional, se resuelve todo.

 

SOLUCIONES

 

Para finalizar este reportaje, conozcamos un extracto del documento “En busca de soluciones para la sobrevivencia del jaguar en la península de osa”, de Aída Bustamante, Ricardo Moreno, Adolfo Artavia y Christina Boldero.

 

“Parte del éxito de Yaguará es tener presencia permanente en la zona y una relación cercana con ganaderos, cazadores, propietarios y locales en general a los que se les involucra en los proyectos de Investigación y Educación Ambiental. Actualmente se están experimentando otras soluciones como la reposición de los animales domésticos y la inversión en infraestructura para disminuir el riesgo de depredación. Próximamente se le colocará un collar de GPS a un jaguar para determinar su área de acción y enfocar correctamente los esfuerzos de conservación. También se sugiere apoyar actividades complementarias como el turismo ecológico, pago por servicios ambientales y fijación de carbono; considerando que las soluciones deben ser generadas de manera conjunta”.

 

SI SE EXTINGUEN

 

El corolario de este trabajo nos lo indica Aída Bustamante al referirse a lo que pasaría en caso de extinción (en este caso) del jaguar.

 

“Osa perdería la magia. De hecho, todo el mundo en Costa Rica cree que Osa esta en perfecto estado, y esto no es así. Si se extingue el jaguar crecería la población de pumas, lo cual generaría un desequilibrio total, sus consecuencias se reflejaría en la desaparición de otras especies y proliferación de otras. Unas dispersoras de semillas serían sustituidas por otras depredadoras de semillas, lo que rompería el equilibrio del bosque, y además irían a comer cosechas

 

“La imagen internacional de país verde y conservacionista de Costa Rica se vendría abajo”, concluyó.








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