ANIMALES DOMÉSTICOS
En otro documento de Barrantes y Moreno, llamado “Situación
y estrategia para mejorar la conservación del jaguar en la Península de Osa”,
podemos leer: “El 95,8% de los eventos de depredación de animales domésticos
depredados (N=24) fueron atribuidos por los pobladores a un jaguar, cuando en
todos los casos menos en uno, se trató de un puma. Es necesario desarrollar un
plan de conservación del jaguar en Osa, debido a que se trata de uno de los
sitios nacionales con mayor posibilidad de contribuir a mantener la diversidad
genética del jaguar en Mesoamérica”
PROGRAMA DE COMPENSACIÓN
Para tratar de detener la matanza indiscriminada de
jaguares, Aída Bustamante nos comentó que cuentan con un programa de
compensación para pagar o reponer los animales depredados por un jaguar,
siempre y cuando se demuestre que efectivamente fue uno de estos el que los
mató.
“Ya se han pagado 35 animales domésticos depredados”,
indica.
Además señala la situación crítica de la caza, “que está
peor que hace cinco años”, pues además hay que contemplar a los oreros, quienes
también participan de la caza, pero según ellos por protección, y cazadores que
llegan prácticamente de todo lado, incluido el lado panameño.
Bustamante subraya que a estas personas lo que “les hace
falta son alternativas”, y lo ejemplifica con el hecho de tener constantes
reuniones con oreros, cazadores, finqueros y otros, a quienes se les solicita
que coloquen una cámara y si se “captura (en foto) un jaguar le pagamos $100”.
Lo cual está funcionando bastante bien.
EL GOBIERNO Y SUS ACCIONES
Para conocer lo que se hace en pro de la protección de la
fauna silvestre, conversamos con la encargada del programa de investigación del
Área de Conservación Osa, Wendy Barrantes.
Ella nos habla de la necesidad que tienen de contar con más
personal calificado en las áreas silvestres protegidas. El poco presupuesto con
que se cuenta por tanto “el control y la protección en estas áreas se ve
disminuido”.
También subraya la necesidad de contar, como materia
obligatoria en las escuelas, de la Educación Ambiental, “pues con lo que se
cuenta no es suficiente. Hay instituciones que lo asumen, pero no lo suficiente
como para calar en la sociedad, pues también depende de que el tema le guste al
maestro”, sentencia.
Para finalizar nos recordó que el Área de Conservación Osa
tenía un programa muy importante de Educación Ambiental, pero este “ha
disminuido, quedando casi en el olvido, por falta de presupuesto, para cubrir
todas las necesidades que requiere”.
Además no existe una política de Estado tendiente a acabar
con todos los problemas que vive nuestra fauna, pues se cree que con solo
declarar un área como protegida, o parque nacional, se resuelve todo.
SOLUCIONES
Para finalizar este reportaje, conozcamos un extracto del
documento “En busca de soluciones para la sobrevivencia del jaguar en la
península de osa”, de Aída Bustamante, Ricardo Moreno, Adolfo Artavia y
Christina Boldero.
“Parte del éxito de Yaguará es tener presencia permanente en
la zona y una relación cercana con ganaderos, cazadores, propietarios y locales
en general a los que se les involucra en los proyectos de Investigación y
Educación Ambiental. Actualmente se están experimentando otras soluciones como
la reposición de los animales domésticos y la inversión en infraestructura para
disminuir el riesgo de depredación. Próximamente se le colocará un collar de
GPS a un jaguar para determinar su área de acción y enfocar correctamente los
esfuerzos de conservación. También se sugiere apoyar actividades
complementarias como el turismo ecológico, pago por servicios ambientales y
fijación de carbono; considerando que las soluciones deben ser generadas de
manera conjunta”.
SI SE EXTINGUEN
El corolario de este trabajo nos lo indica Aída Bustamante
al referirse a lo que pasaría en caso de extinción (en este caso) del jaguar.
“Osa perdería la magia. De hecho, todo el mundo en Costa
Rica cree que Osa esta en perfecto estado, y esto no es así. Si se extingue el
jaguar crecería la población de pumas, lo cual generaría un desequilibrio
total, sus consecuencias se reflejaría en la desaparición de otras especies y
proliferación de otras. Unas dispersoras de semillas serían sustituidas por
otras depredadoras de semillas, lo que rompería el equilibrio del bosque, y
además irían a comer cosechas
“La imagen internacional de país verde y conservacionista de
Costa Rica se vendría abajo”, concluyó.
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